sábado, 24 de febrero de 2024

¿Peleamos o colaboramos? A simple vista esto es un matojo enorme en el campo. Pero si miramos atentamente descubrimos que lo que hay aquí no es una planta sino dos. Una es un azufaifo (ziziphus lotus), un arbusto espinoso africano pero que se ve también por estos lares. La mayoría de las plantas del desierto deben lidiar con la falta de agua en verano y suelen hacerlo principalmente secando sus hojas y guardando su energía en las raíces en forma de bulbos. El azufaifo en cambio tiene unas super raíces larguísimas que llegan hasta el acuífero, así que se pueden permitir el lujo de florecer en verano, cuando el resto de las plantas están chuchurrias. Si prestamos atención, entre las ramas del azufaifo encontramos otra planta, un cambrón (Lycium intricatum). Esta es otra planta que también desarrolló espinas para defenderse de las cabrillas. Al contrario que el azufaifo el cambrón trabaja mejor en invierno, cuando hay agua y si la cosa se complica en verano puede perder las hojas y aletargarse un poco hasta que vengan las lluvias. Pues así está pareja se va alternando en la vida a lo largo del año. Ahí están los dos contendientes, luchando a cámara superlenta por la luz del sol o tal vez colaborando para ser aún más fuertes. O las dos cosas porque parece que a los dos les va bastante bien. La de cosas que se descubren en este trocito de camino

miércoles, 21 de febrero de 2024

Hoy me encontré este camaleón muerto junto al cementerio. Me quedé un momento mirándolo y me pareció hasta bonito. Con la boca abierta, la lengüilla afuera, sus patitas buscando un agarre y ese ojo que parece que todavía te está mirando... Siempre me ha dado mucho miedo la muerte, sobre todo de niño. Esa sensación de que un día ya no existiré, ni yo ni mis amigos, ni mi familia. Por un tiempo corto seguiré viviendo en la memoria de los que me conocieron, luego ya ni eso. Ahora ese temor existencial lo tengo un poco aparcado, como que es absurdo temer a algo inevitable, o tal vez no lo sea, la ciencia avanza muy deprisa. En cualquier caso el hecho de saber que vamos a morir puede tener su parte positiva. Este temor bien gestionado puede servir para relativizar nuestros "insignificantes" problemas diarios y nos puede impulsar que disfrutar de cada instante sin el temor a meter la pata, al fin y al cabo nuestras desdichas se equilibrarán solas con el paso del tiempo. Sigo mirando el camaleón, no puedo dejar de mirarlo... como si me estubiera mirando a mi mismo.

domingo, 4 de febrero de 2024

paisajes y escenas


 

He estado pensando sobre la charla de Rodolfo, que comentaba que hablábamos de “paisaje” cuando deberíamos decir “escena”. El paisaje, decía, tiene que estar trabajado, interpretado...
Al final somos nosotros los que aplicamos un filtro a lo que entra por nuestros ojos o nuestros sentidos en general, dando sentido al mundo que nos rodea. Cambiar el punto de vista ayuda a repensar cada escena, una especie de juego que desafía el canon establecido. Este hábito, además de divertido y desafiante, es útil para trabajar la creatividad y liberar el pensamiento de la jaula que lo amordaza a fuerza de rutinas.

 

 

Mañanica especular con cristinica, que caña mete esta criatura. Si es que cucha como empezó, el trancazo de pan con huevo que nos empujamos para desayunar. Acabamos la ruta bajo las piedras del faro y Cristina voceando a una parejilla pa que nos echaran un foto. Que maquina

huerto


 

No sé dónde leí que si quieres cambiar el mundo empieza por plantar tu propia comida... Y aquí estamos en este callejón que iba a ser encementado plantando lechugas. La verdad es que si tuviéramos que comer solo con esto íbamos a pasar más hambre... Pero bueno, por algo se empieza...

 

anémona sulcata

 

 

Se llama anémona sulcata pero yo la veo mas como una acuarela en movimiento. La filmamos hace unos meses entre Las Negras y San Pedro. Me quedé un rato ahí mirándola, estaba a ras de agua, el vaivén de la superficie la acariciaba con delicadeza y los reflejos añadían un efecto hipnótico. Hoy es un día frio de invierno con mucho viento, ¿como estará la anémona?. Cierro los ojos y viajo en el espacio y en tiempo y siento el calorcillo de los rayos del sol y el agua salada y tibia...

Ha desaparecido mi sombra

 

 

Ha desaparecido mi sombra!. Nooo, fui a correr por las salinas, estaba nublado así que la luz venía difusa al pasar por las nubes. Yo corría confuso, un poco desorientado. La carga eléctrica del cielo mojado cargaba la atmósfera a tope y creo que llevaba el pelo un poco tieso. Así seguí un rato hasta que no pude más y grité con todas mis fuerzas. Por favor, sombra, vuelve!!. Paso un instante, se abrieron dos nubes ligeramente y se escuchó una voz grave y fuerte, como de trueno que se acerca: "un mojón! No haberme dicho que me fuera. Ahora corres tu solo!